El jugador de fútbol sala que se impuso ante una adversidad médica
El jugador de fútbol sala que se impuso ante una adversidad médica
Londoño Henao hizo parte del combinado Sub-20 del Once Caldas y en el 2014 integró la nómina de fútbol sala de ese mismo equipo, convirtiéndose en su debut en el ámbito nacional.
Dirección de Comunicaciones
y Mercadeo
Un tiempo de espera de 12
meses sin participar en ninguna competencia de alto nivel en materia de actividad
física fue la recomendación que el ortopedista le dio a Alexánder Londoño
Henao, estudiante de séptimo semestre del programa de Mercadeo Nacional e
Internacional de la Universidad de Manizales. Una fractura en su columna y
fisuras en las vértebras L2 y L4 lo alejaron por completo de las canchas y dudó
en que pudiera continuar con su proceso deportivo.
Con tan solo 16 años, Alexánder
recibió noticias desalentadoras para su salud. Médicos le aseguraron que para
recuperarse debía suspender sus sueños con el balón, incluso creyeron que no
volvería a caminar. Con ayuda de un corsé ortopédico que usó durante cuatro
meses, este joven deportista logró retomar actividades habituales como sentarse
y caminar.
“Yo entrenaba todos los días a
las 5:00 a.m. con la Primera C del Once Caldas antes del irme al colegio. En
uno de los partidos salté para cabecear pero uno de mis compañeros se metió por
debajo, alzó mis pies y yo caí sentado. En el momento no creí que fuera grave
pero después no era capaz de sentarme y me dolía al caminar”, comentó Londoño
Henao.
Mientras pasaba su
recuperación, Alexánder terminó su bachillerato en el Colegio Seminario
Redentorista. Aunque el apoyo de su familia fue vital para no derrumbarse, su
mamá sintió miedo cuando evaluó la posibilidad de regresar a los
entrenamientos, después de todo, sus doctores le habían planteado un pronóstico
muy diferente.
"El doctor me dijo que para curarme tenía que olvidarme del fútbol. Gracias a un técnico de la escuela Renacer ingresé al gimnasio para fortalecer los músculos de los brazos. Así si yo caía de espalda, los músculos ayudarían a amortiguar el golpe en los huesos”, señaló el estudiante que ahora tiene 25 años.
Hoy el jugador goza de un
cuadro de salud favorable, en lo que respecta a lo académico, cursó un técnico
en contabilidad y adelanta su carrera profesional gracias a que la UManizales
recompensa su talento como jugador profesional del equipo universitario con una
beca del 100% sobre el valor de su matrícula.